Líderes metodistas unidos/as recibieron con cauteloso optimismo la aprobación parcial de un juez del plan de reorganización por bancarrota de los Boy Scouts of America. BSA se declararó en bancarrota en febrero de 2020 en medio de crecientes denuncias de abuso sexual relacionado con el Movimiento Scout que se remontan a décadas atrás, con muchas denuncias relacionadas con organizaciones patrocinantes de tropas Scout, incluidas las iglesias metodistas unidas locales.
Después de meses de negociaciones y audiencias que involucraron a múltiples partes, así como un juicio a principios de este año, Laurie Selber Silverstein jueza del Tribunal de Bancarrotas de los Estados Unidos, emitió el 29 de julio una sentencia extensa, aprobando acuerdos iniciales de alrededor de $2,3 mil millones para un fondo para sobrevivientes de abuso sexual, que incluyen una contribución metodista unida de $30 millones al fondo. Silverstein rechazó algunas partes del plan de bancarrota y dijo que BSA todavía tiene ” que tomar decisiones ” mientras continúa la lucha por la supervivencia, pero expresó su disposición de trabajar con la organización.
El Obispo John Schol se encuentra en un grupo de líderes metodistas unidos/as que ha negociado en nombre de la denominación: “Estoy agradecido de que la jueza Silverstein dictaminó que la mayor parte del plan de reorganización de BSA cumplía con los criterios de la ley de bancarrotas y era constitucional, incluida la aprobación del acuerdo de los/as metodistas unidos/as. Sin embargo, hay varios asuntos adicionales que BSA debe abordar para la aprobación total del plan” dijo Schol en un correo electrónico a Noticias MU.
Steven Scheid, director del Centro para el Movimiento Scout de los Ministerios de Hombres Metodistas Unidos, dijo que aunque quedan obstáculos, ve a “Dios preparando activamente un futuro” para BSA.
En su propia declaración BSA dijo: “Esta sentencia representa un hito importante en la reestructuración financiera de Boy Scouts of America ..… Estamos comprometidos a trabajar con todos/as los/as constituyentes para realizar los cambios necesarios requeridos en la sentencia para impulsar este proceso; y seguimos siendo optimistas acerca de la aprobación de un plan final lo antes posible”.
La Iglesia Metodista Unida (IMU) y sus denominaciones predecesoras han tenido una relación con BSA durante más de 100 años, principalmente proporcionando sedes en las iglesias locales para los grupos del Movimiento Scout.
Para mayo, iglesias metodistas unidas en los Estados Unidos albergaron aproximadamente unas 6.600 unidades del Movimiento Scout, lo que convirtió a la denominación en el socio más grande de los programas de BSA. Pero las iglesias metodistas unidas locales, que en muchos casos reclutaron y seleccionaron a líderes adultos para los grupos Scouts, se han enfrentado a una responsabilidad considerable en esa asociación, lo que se hizo aún más evidente a medida que aumentaban las acusaciones de abuso relacionadas con el Movimiento Scout y provocaron la declaración de bancarrota.
Líderes metodistas unidos/as formaron un comité para representar a la denominación en las negociaciones de bancarrota, algo que también hicieron otros grandes grupos asociados. El comité finalmente negoció un acuerdo para que las conferencias metodistas unidas en los Estados Unidos contribuyeran con $30 millones a un fondo para sobrevivientes de abuso. Las iglesias locales metodistas unidas a su vez obtendrían protección de futuras demandas por acusaciones de abuso relacionadas con el Movimiento Scout.
El acuerdo también comprometió a la denominación a una revisión de todas las políticas de Santuario Seguro en conferencias e iglesias locales, a reunirse con sobrevivientes de abusos que ocurrieron en las tropas albergadas por los/as metodistas unidos/as y compartir recursos en toda la denominación sobre la realidad del abuso sexual y las formas de mantener seguros/as a los/as jóvenes.
En su sentencia, Silverstein señaló que no hubo objeciones al acuerdo de La IMU y que consideró “sustancial” su contribución monetaria y su disposición a trabajar con los/as sobrevivientes. También dijo que el compromiso de la denominación de continuar trabajando con BSA “ayuda a asegurar… el futuro del Movimiento Scout”.
En junio, líderes metodistas unidos/as y BSA anunciaron que continuarían como socios pero en una nueva relación que incluiría un acuerdo de afiliación estándar para las iglesias locales que deseen albergar grupos del Movimiento Scout. Las iglesias apoyarán el Movimiento Scout de varias maneras, pero la responsabilidad de supervisión pasará a los Consejos locales de BSA.
Además de aprobar la contribución de $30 millones de los/as metodistas unidos/as al fondo de sobrevivientes, Silverstein aprobó $78 millones de la BSA, $515 millones de los consejos locales de exploración y casi $1.700 millones de las aseguradoras. Pero no aprobó un acuerdo de $250 millones propuesto por la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, una importante organización patrocinadora en años anteriores y expresó su preocupación por el esfuerzo del acuerdo para protegerse contra la responsabilidad por abuso no relacionado con el Movimiento Scout.
La Prensa Asociada (AP por sus siglas en inglés) ha cubierto de cerca los procedimientos de bancarrota y señaló que BSA, al declararse en bancarrota, enfrentó unas 275 demandas y conocía otros 1.400 casos potenciales. Ahora hay más de 82.000 reclamos.
La Coalición de Scouts Abusados por la Justicia, que incluye firmas de abogados que representan a más de 70.000 de los/as sobrevivientes reclamantes, señaló el alcance y la complejidad del litigio a la vez que evaluó como positiva la sentencia de Silverstein: “La confirmación de este plan hace posible el cierre y cierta medida de justicia tangible para las personas cuyas voces han sido silenciadas durante demasiado tiempo” dijo el grupo en un comunicado.
Schol, en un comunicado de prensa, se sumó a la espera de un acuerdo final: “Estoy seguro de que quienes trabajen junto con BSA podrán abordar los problemas restantes para que los/as sobrevivientes reciban una compensación justa y un millón de jóvenes continúen participando en el Movimiento Scout”.