La Federación Luterana Mundial ha emitido un llamado urgente para donaciones después de que el ciclón “Mocha” tocara tierra en Myanmar el domingo 14 de mayo. Una marejada ciclónica inundó los campamentos de desplazados internos y las zonas costeras de Sittwe. Muchas torres de telecomunicaciones y postes de electricidad colapsaron, dejando grandes partes del estado de Rakhine sin electricidad, internet y conexiones móviles. Las autoridades y los equipos humanitarios aún están evaluando las víctimas y los daños. Hasta el momento, seis personas han sido reportadas muertas.
Las imágenes en las redes sociales muestran el colapso de torres de telecomunicaciones y postes de electricidad, techos que han sido de casas, árboles arrancados de raíz y calles inundadas. Los primeros informes indican daños significativos a casas y otras infraestructuras en los municipios de Sittwe y Gwa.
Equipo de la FLM reubicado
El ciclón se formó la semana pasada en la Bahía de Bengala y alcanzó la categoría 5 con velocidades de viento de hasta 220 km / h antes de tocar tierra en Sittwe al mediodía del 14. Una marejada ciclónica inundó comunidades cercanas al mar, incluidos campamentos para desplazados internos. Más de 100.000 personas habían sido evacuadas por las autoridades a refugios contra tormentas, según fuentes oficiales. Algunos miembros del equipo de la FLM que residen en lugares de riesgo también fueron trasladados de la oficina de campo en Sittwe a la oficina de la FLM en Mrauk-U.
Escuchamos sobre daños masivos en todo el estado, pero tenemos detalles limitados debido a la falta de comunicación.
Hari AWASTHI, Coordinador de la FLM Estado de Rakhine
“Esperamos daños severos en hogares, escuelas y otras infraestructuras comunitarias, incluidas nuestras oficinas”, dice Hari Awasthi, coordinador de área de la FLM para el estado de Rakhine. “Escuchamos sobre daños masivos en todo el estado, pero tenemos detalles limitados debido a la falta de comunicación”. El equipo de la FLM planea evaluar la situación en los campamentos y comunidades donde ha estado trabajando durante años tan pronto como las condiciones climáticas lo permitan, agrega Awasthi.
Preocupación: enfermedades transmitidas por el agua y minas terrestres
“Hasta ahora, sabemos que hay una enorme necesidad de refugio de emergencia, alimentos, artículos de socorro como mantas y equipos de cocina, y agua y saneamiento”, dice Susan Muis, Coordinadora Regional del Programa para Asia. La FLM se centra en la construcción de refugios seguros, el suministro de artículos de emergencia y la recuperación de los medios de subsistencia. También continuará su labor educativa. Se están haciendo planes para reconstruir los espacios de aprendizaje dañados y distribuir materiales escolares a los niños cuyas casas y escuelas han sido destruidas.
El equipo está especialmente preocupado por los riesgos de brotes de enfermedades transmitidas por el agua, así como por las minas terrestres y las municiones sin detonar que podrían haberse desplazado debido a los deslizamientos de tierra y las fuertes lluvias.
La FLM ha estado presente en Myanmar desde el ciclón Nargis en 2008, apoyando a las comunidades vulnerables en los campamentos de desplazados internos en Rakhine y otros estados. La FLM trabaja junto con el Departamento local de Gestión de Desastres y ha estado capacitando a voluntarios en las comunidades para eventos climáticos extremos como tormentas tropicales. “Esperamos que, junto con las autoridades locales, podamos proporcionar ayuda rápida y eficiente a quienes la necesitan”, concluye Muis.
