En una declaración del 17 de abril, Consejo Mundial de Iglesias El secretario general, el reverendo Jerry Pillay, expresó su profunda tristeza por la repentina escalada del conflicto entre las Fuerzas Armadas de Sudán y las Fuerzas de Apoyo Rápido y pidió un alto el fuego inmediato y el fin de las hostilidades armadas por el sufrimiento del pueblo sudanés.
Señaló que muchas personas, incluido el personal del Consejo de Iglesias de Sudán, han quedado atrapadas en oficinas o lugares de trabajo debido al inicio repentino de los combates.
“Desde el 15 de abril se han producido enfrentamientos armados en Jartum y en otras partes de Sudán, y actualmente se informa de la muerte de aproximadamente 100 civiles”, dijo Pillay. “La violencia armada y la inestabilidad, que también ha resultado en la muerte de tres miembros del personal de la ONU, ha resultado en la suspensión del Programa Mundial de Alimentos y otras operaciones humanitarias en Sudán”.