«Viviré para Dios toda mi vida», dice jugador de Corea del Sur que ha llevado a otros a Cristo

Cada vez son más los deportistas que testifican de su fe en Jesús dentro de las canchas de juego desde cualquier país, uno de ellos es el jugador de fútbol coreano Kim Shin-Wook.

Shin-Wook se hizo reconocido cuando ingresó como suplente en el Mundial de Fútbol 2014, llegando a ser llamado «Súper Suplente» por conseguir anotar un gol tres minutos después de haber ingresado al campo.

Ahora, Kim juega para un equipo de primer nivel en Hong Kong llamado Kitchee, pero más que por su talento para el deporte, es conocido por siempre compartir su fe en Jesús en todo tiempo, tanto que le apodan «Hermano de la Iglesia».

Durante casi todas las entrevistas, Shin-Wook sorprende a los periodistas por hablar de Jesús con audacia y naturalidad y mucha fe; uno de esos episodios fue después de ese partido ganado en 2014 ante Costa Rica.

Allí le preguntaron a quien quería agradecer por esa victoria y respondió:

«¡Dios! Soy un futbolista que pertenece a Dios”.

Su encuentro con Jesús sucedió cuando estaba en secundaria, cuando supo que el deporte no era tan grande que el amor de Jesús

“Ya sea que gane o pierda, tenga éxito o falle en la ronda preliminar, siempre habrá un vacío dentro de mí. Cuando estaba en la escuela secundaria, pensé: ‘¿Cuál debería ser mi objetivo en la vida real?’”, recordó.

Uno de sus amigos lo invitó a la iglesia, ocasión que él aprovechó para saber si Dios era real, y por supuesto el Señor lo sorprendió.

En la oración, sintió la presencia del Señor fuerte como un calor inusual en su cuerpo y tocado por el Espíritu Santo, recordó sus pecados pasados ​​y se llenó de miedo y pesar.

Cuando terminó su oración, Shin-Wook vio una luz que resplandeció de manera sobrenatural y fue suficiente para aceptar a Jesús de inmediato para el resto de su vida.

“Le prometí a Dios que viviría para Él toda mi vida hasta que muera ¡Jugaré al fútbol por Dios!”, dijo luego de haber conocido al Señor.

“No me perdí ningún servicio de los miércoles ni ninguna sesión de adoración de toda la noche”, añadió.

En ese mundial de fútbol Kim resultó herido y tuvo que estar internado por un tiempo en el hospital, el cual aprovechó para estudiar Biblia e incluso en idioma hebreo, por lo que los reporteros que venían a verlo se sorprendían por la cantidad de libros teológicos dentro de su habitación.

“Tú no eres un pastor. ¿Cómo puede un futbolista leer tales libros?”, le preguntó el periodista.

“He leído todos los libros de la Biblia y ahora necesito saber no solo la palabra sino también el idioma”, le respondió Kim.

Otro jugadores también participaron de un estudio bíblico que él mismo organizó mientras todos se recuperaban de distintas lesiones en un hospital especializado en rehabilitación para deportistas de alto rendimiento.

Kim desde ese momento es visto como una personalidad a la que otros pueden acudir para recibir una palabra de sabiduría y una oración en medio de los miedos de perder su carrera por lesiones.

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