Las tácticas de represión que ha estado usando Rusia para callar a quienes se han levantado en contra de la guerra en Ucrania cada día exceden los límites, una prueba de ello es la persecución que existe hacia un pastor al que ahora llaman “criminal”.
Recientemente se conoció como el pastor Yuri Sipko, destacado líder cristiano ruso y ex presidente de la Convención Bautista del país, ha tenido que escapar de la represión cruel a la que iba a ser sometido por la justicia rusa debido a falsas acusaciones solo por estar en contra de todo lo que ha sucedido con Ucrania.
«Soy una persona buscada. Los agentes del servicio de seguridad me están buscando por todo el país. En el momento en que ponga un pie en Rusia seré arrestado», dijo Yuri a CBN News en exclusiva.
A principios del mes de agosto, los agentes rusos del FSB (similares al FBI americano) irrumpieron en su casa y la allanaron bajo la acusación de “desacreditar al ejercito ruso y sus operaciones en Ucrania”.
Todo el asalto fue mostrado a través de la televisión estatal rusa, agentes con chalecos antibalas y cascos portando armas pesadas fueron vistos entrando en la casa del pastor y enseñando libros, cartas y demás objetos que a suposición del gobierno ruso “se usó en contra del país”.
Toda esa operación llevó al arresto de otro pastor al sur de Moscú para poder saber del paradero de Sipko, las fuerzas especiales irrumpieron dentro de una iglesia para obtener información.
«Según el gobierno ruso, me han acusado de este crimen porque dije que luchar contra los ucranianos es un crimen, matar ucranianos es un crimen, destruir ciudades ucranianas es un crimen», dijo Sipko.
Pistas de la redada y búsqueda le advirtieron al pastor que debía salir del país, al llegar a un lugar no revelado fue entrevistado por CBN News sobre esta terrible experiencia.
«Sabía que me metería en problemas porque el gobierno estaba aprobando todas estas leyes para perseguir a las personas que decían la verdad. Aun así, no podía permanecer en silencio. Ellos son mis hermanos y hermanas en Cristo. No puedo permanecer en silencio sobre esto», dijo.
Siendo un líder cristiano de gran influencia en el país, fue uno de los primeros en pedirle al presidente Putin que pusiera fin a la guerra sin tener éxito alguno; por ello, Rusia introdujo leyes que reprimieran a todos aquellos que llamaran a la paz por Ucrania, muchos de quienes hicieron este llamado están encarcelados o son tratados como “agentes extranjeros”.
«El principal objetivo del gobierno es silenciar a la gente y que sólo se difundan sus mentiras», afirmó Sipko.
Incluso una oración en público también puede ser castigada por el gobierno ruso, ya que no se considera una posición leal y por consiguiente, se procede a la expulsión de las iglesias, según lo que testificó el Dr. Andrey Desnitsky, profesor de la Universidad de Vilnius en Lituania.
Cuando se ordenó la movilización de reservistas rusos hace un año, la Iglesia Ortodoxa de Rusia ordenó orar por la victoria del ejercito del país, el reverendo Ioann Koval como encargado de ello cambió esa palabra por “paz” y fue expulsado no solo de la iglesia sino del país. Hoy en día dirige una iglesia en Turquía.
«Fue contra mi conciencia. No podía someterme a esta presión política de la jerarquía. Nunca cuestioné la elección que hice. Yo, con toda mi alma, con todo mi ser, me opuse a esta guerra. Me fue imposible apoyar con mi oración la invasión de las tropas rusas a Ucrania», expresó.
Otros 30 lideres ortodoxos están en la misma situación, de la cual hace eco la Comisión de Estados Unidos sobre Libertad Religiosa Internacional.
«El mensaje es muy claro: cualquier líder religioso o cualquiera que francamente esté protestando por la invasión rusa de Ucrania basándose en creencias religiosas, se encuentra con una represión increíble», dijo Susie Gelman, comisionada de la Comisión de Libertad Internacional de Estados Unidos.
Aun así, el pastor Sipko de 71 años, no teme por su futuro y en cambio da gracias a Dios por la oportunidad de decir la verdad.
«No tengo nada que temer. Mi vida casi ha terminado. Alabado sea el Señor, sólo me queda un poquito. Si tuviera que presentarme ante un juez y ser arrestado, tendría la oportunidad de decir la verdad a estas personas que tienen poder. Quiero verlos y decirles que Dios los ama, que puede perdonarlos y que los perdonaría. Quiero que se arrepientan de sus pecados y reciban el perdón», finalizó.