La resurrección no se trata solo de celebración, sino también de acción, ya que los cristianos están llamados a enseñar y proclamar el evangelio para “hacer discípulos de todas las naciones”.
En un mensaje de Pascua a todas las iglesias miembros de la Federación Luterana Mundial (FLM), el Rev. Chang Chun Wa Ben, vicepresidente para la región de Asia de la FLM y ex obispo de la Iglesia Evangélica Luterana de Hong Kong, reflexiona sobre el relato de la resurrección en el evangelio de San Marcos (16:1-8).
Señala cómo las mujeres, al llegar a la tumba vacía, reciben dos mensajes de “un joven vestido con una túnica blanca”. La primera es la noticia de que “Jesús ha resucitado”, la segunda es “decir a los discípulos y a Pedro que se encuentren con él en Galilea”.
El reverendo Chang explora las implicaciones del mensaje de que Jesús ha resucitado de entre los muertos, superando así la influencia de la muerte. “Todas las cosas que se basan en la muerte no contribuirán a la realidad vivificante que anhelamos”, dice.
El segundo mensaje, reflexiona, nos dice que “Jesús tiene prisa; estará esperando a Pedro y a los demás discípulos en Galilea”, el lugar donde llevó a cabo la mayor parte de su ministerio terrenal. Es en Galilea donde Jesús “les dará su gran comisión: Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones”.
La resurrección, por lo tanto, “nos capacita para responder a la Gran Comisión: hacer discípulos, bautizarlos y enseñarles acerca del reino de Dios”. El Rev. Chang concluye: “Seamos personas que vivan por el poder de la resurrección [….] proclamando el evangelio, invitando a la gente a la comunidad de Dios a través del bautismo y enseñando todo lo que Jesús nos ha mandado”.
La resurrección trae acción
Mensaje de Pascua 2024
Hoy, el mensaje de Pascua proviene del Evangelio de Marcos 16:1-8. Marcos da un relato de la resurrección. En la tumba, un joven vestido con una túnica blanca transmitió dos mensajes a las mujeres. Primero, Jesús ha resucitado, y segundo: diles a los discípulos y a Pedro que se reúnan con él en Galilea.
El primer mensaje anuncia que Jesús ha resucitado de entre los muertos. ¡Aleluya! La muerte es derrotada por el Señor. Jesús venció la influencia de la muerte. Ya no hay crueldad, odio ni hostilidad. A menudo, observamos que las personas construyen su autoridad con estas actitudes. Pero no necesitamos estas actitudes para mantener nuestra vida. Todas las cosas que se basan en la muerte no contribuirán a la realidad vivificante que anhelamos.
Sin embargo, la resurrección nos trae amor, esperanza y bondad. Cuando reflexionamos sobre la primera creación en el Jardín del Edén, recordamos cómo desarrollar nuestra vida en paz, unidad y amistad. Hoy, no volvamos al camino de la muerte, sino que dejemos que nuestra vida se centre en la resurrección. Es aquí donde realmente podemos encontrar la esperanza que contribuye a la reconciliación y a la unidad.
El segundo mensaje es después de la resurrección. Jesús tiene prisa; esperará a Pedro y a los demás discípulos en Galilea. ¿Qué significa esto? Galilea es el lugar donde Jesús hizo principalmente su ministerio: sanando, enseñando y realizando milagros y mucho más. En Galilea, Jesús les dará su Gran Comisión.
“Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, y enseñándoles a obedecer todo lo que os he mandado
– Mateo 28:18-20
La resurrección no se trata solo de celebración. Se trata de acción. La resurrección nos capacita para responder a la Gran Comisión: hacer discípulos, bautizarlos y enseñarles acerca del reino de Dios.
Hoy el mensaje de la Pascua es: Seamos personas que vivan por el poder de la resurrección, y no vivamos en la muerte.
La resurrección trae acción que resulta en proclamar el evangelio, invitar a las personas a la comunidad de Dios a través del bautismo y enseñar todo lo que Jesús nos ha mandado.
¡Da lo mejor de ti al Cristo vivo!
