Como consecuencia del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, más de 10 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares y buscar refugio en diferentes países alrededor del mundo, según reporta el sistema de información de la Organización de las Naciones Unidas. Cientos de personas están llegando a la oeste entre los Estados Unidos y México, más específicamente al cruce fronterizo de la ciudad de Tijuana.
La Iglesia Metodista de México A.R. (IMMAR) junto con otras iglesias, organizaciones civiles y el apoyo del Comité Metodista Unido de Auxilio (UMCOR), están atendiendo diariamente entre cien y doscientas personas en el comedor, proveyendo alimentos a los/as solicitantes de refugio provenientes de Ucrania.
De acuerdo con el Obispo Felipe Ruiz, líder episcopal de la Conferencia Anual del Noroeste (CANO), “en el comedor ‘Juan 6:35’ se están preparando alrededor de ochocientas comidas diarias (400 desayunos y 400 cenas) para ser distribuidas, junto con otros alimentos que aportan otras iglesias y organizaciones, en uno de los refugios de la ciudad donde se están albergando unas 1800 personas actualmente”.
“En el edificio solo estábamos preparando comidas, pero hace un par de días tuvimos que abrirlo para albergar a unas 25 personas, la mayoría mujeres embarazadas y niños/as, ya que el albergue cercano estaba rebasado”, dijo el Obispo Ruiz.
El edificio también está siendo utilizado provisionalmente para brindar apoyo logístico al grupo de voluntarios/as que están sirviendo a los/as refugiados/as: “Allí los médicos, enfermeras, choferes, etc… pueden descansar y asearse, durante las duras jornadas de trabajo diario, que a veces se prolongan hasta 48 horas”.
El “comedor metodista”, como se le conoce a nivel local, estuvo parcialmente cerrado por las restricción en torno a la pandemia del Covid-19, entre 2020 y 2021 y a principios de este año fue reacondicionado para atender a las familias inmigrantes que llegan de todas partes del mundo, a este punto fronterizo con la intención de cruzar a los Estados Unidos.
“Hasta el momento hemos estado trabajando con recursos propia de la CANO, pero recientemente, hemos recibido la aprobación de una ayuda económica de parte de UMCOR, por un monto de $10 mil dólares, lo cual servirá para aumentar nuestra capacidad de servicio, tomando en cuenta el aumento constante de las familias que llegan”, explicó el Obispo Ruiz.
Como parte del servicio a las personas que llegan afectados por las consecuencias de la guerra la atención médica, espiritual y emocional, son tareas que han venido desarrollando los grupos voluntarios y la iglesia metodista mexicana ha estado apoyando este esfuerzo.
Tal como explica el Obispo Ruiz: “la mayoría llega muy triste por todo lo que han pasado, pero aquí se sienten tranquilos/as. Sin embargo, la barrera del lenguaje nos dificulta mucho el poder comunicarnos. Creo que en promedio, de cada cien personas que llegan, a penas una habla inglés y cuando hay gente nuestra que solo habla español tenemos que hacer una doble traducción para poder comunicarnos. Sin embargo, procuramos orar con ellos/as y hemos colocado una pancarta en ucraniano que dice ‘permítenos orar por ti’, para poder ofrecerle apoyo espiritual ante tantas dificultades que han sufrido”.
Desde hace una semana, medios de comunicación mexicanos e internacionales han venido reportando la llegada de solicitantes de asilo y refugio en este lado de la frontera, provenientes de Cancún y Ciudad de México en cuyos aeropuertos se reciben los vuelos procedentes de Europa.
De acuerdo con reportes de medios de comunicación, la frontera noroeste de México se a convertido en la puerta de entrada a los Estados Unidos de la mayoría de los/as refugiados/as ucranianos/as, ya que el proceso migratorio en los consulados estadounidenses en Europa para solicitar asilo o refugio directamente, es muy demorado.
Al llegar a México, son recibidos/as por grupos de voluntarios/as, auspiciados por iglesias eslavas d la costa oeste EE.UU., quienes los/as conducen a vuelos locales que los/as llevan a la ciudad de Tijuana. Allí les brindan albergue, alimento y les conducen al puesto fronterizo de San Ysidro, para tramitar su entrada.
“Los refugiados pasan entre tres y cuatro días de espera antes de recibir su cita para cruzar la frontera y una vez que logra cruzar los conectan con familiares o amigos que residen en los Estados Unidos o también son apoyados por iglesias y organizaciones civiles para facilitar su asentamiento en diferentes localidades”, explica el Obispo Ruiz
De acuerdo con recientes declaraciones de presidente Biden, reseñadas en los medios de comunicación, los EE.UU. recibirán un total de 100 mil refugiados ucranianos/as en el 2022. Adicionalmente a esto el gobierno ha señalado que el próximo 23 de mayo, quedarán sin efecto las limitaciones impuestas por el Título 42 de la ley de salud pública, promulgada en 1944, lo que anticipa un aumento considerable del flujo migratorio hacia la frontera con México.
“Tengo entendido que sólo el servicio de inmigración en esta área fronteriza con San Diego, es la que está procesando las solicitudes de las familias ucranianas, que no hay ningún otro punto de la frontera que hasta el momento lo esté haciendo. Aunque, actualmente no hay otros grupos llegando a este lado de la frontera, sabemos que esa dinámica puede cambiar rápidamente y eso está preocupando a la gente en la ciudad, ya que nos podríamos ver sobrepasados fácilmente en nuestras capacidades de atención”, dijo el Obispo Ruiz.