El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, condenó la profanación de tumbas cristianas en Jerusalén el 1 de enero como “un acto blasfemo”.
Más de 30 tumbas fueron destrozadas en el cementerio protestante en Mount Zion, incluidas cruces rotas y lápidas e íconos destrozados.
Welby dijo en un comunicado publicado el 4 de enero:
“La profanación de tumbas cristianas en Jerusalén es un acto blasfemo. Me uno al Gran Rabino y a los líderes religiosos de Jerusalén para condenarlo y espero que los responsables sean llevados rápidamente ante la justicia. Mientras continuamos orando por la paz en Tierra Santa, estoy con el arzobispo Hosam Naoum y otros líderes de la iglesia de Jerusalén para pedir respeto, protección, igualdad y justicia para su comunidad cristiana, que son las piedras vivas de la iglesia”.
Welby ha destacado con frecuencia la difícil situación de las comunidades cristianas palestinas en Tierra Santa, a las que ha visitado dos veces desde que asumió el cargo en 2013. Escribiendo conjuntamente con el arzobispo anglicano en Jerusalén en el Sunday Times la Navidad pasada, Welby advirtió que el intento concertado de grupos radicales marginales de expulsar a las antiguas comunidades cristianas de Tierra Santa, combinado con las presiones que enfrentan al vivir bajo la ocupación israelí, fue “una tragedia histórica que se desarrolla en tiempo real”.