Una voz vital para la iglesia en el espacio público, en Suecia y más allá. Así es como la Secretaria General de la Federación Luterana Mundial (FLM), la Reverenda Anne Burghardt, describió a la líder saliente de la Iglesia de Suecia, el Arzobispo Dr. Antje Jackelén, en una carta de agradecimiento por su apoyo a la comunión luterana mundial durante los últimos nueve años.
Jackelén, nacida en Alemania, fue elegida como la 70ª arzobispo de Uppsala y primada de la Iglesia de Suecia en octubre de 2013, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar ese puesto de liderazgo. En ese momento, se desempeñaba como miembro del Consejo de la FLM y fue elegida vicepresidenta para la región nórdica, cargo que continuará ocupando hasta la Asamblea del próximo añoen Cracovia, Polonia.
La arzobispo Jackelén concluyó su mandato el 31 de octubre, después de un servicio en la catedral de Uppsala el domingo. En junio de este año, la Iglesia de Suecia eligió a su sucesor, el obispo Martin Modéus, quien asumirá oficialmente su nuevo cargo en diciembre.
Ecumenismo, interconfesión, inclusión de las comunidades marginadas
En su saludo al líder saliente, la reverenda Burghardt aplaudió la forma en que ha “hablado consistentemente por la solidaridad, el diálogo y la inclusión de los pueblos y comunidades marginados”. Dijo que la FLM está “profundamente agradecida” por el liderazgo de Jackelén en la Iglesia de Suecia, miembro fundador de la FLM y un “socio fuerte” por su trabajo en muchas áreas, incluido el trabajo humanitario y de desarrollo, la promoción, la educación teológica, la justicia de género y el fortalecimiento de las iglesias en misión.
Burghardt destacó el papel de Jackelén en ser pionero de la red europea ‘Un mundo de vecinos‘ “que empodera a los activistas de base para que se conviertan en agentes de cambio para una sociedad más acogedora y hospitalaria”. También recordó su papel clave en la Conmemoración Conjunta de la Reforma 2016 que reunió a la FLM y la Iglesia Católica en laCatedral de Lundy el Malmö Arena, eventos que el Secretario General describió como “un hito importante para el movimiento ecuménico”.
Finalmente, Burghardt elogió el papel que Jackelén ha desempeñado en el fortalecimiento de las relaciones interreligiosas en un momento de “creciente polarización y discurso excluyente en la política y las sociedades en general”. Jackelén continuará sirviendo como copresidenta de la red global Religiones por la Paz y ha dichoque espera continuar investigando cuestiones críticas sobre la relación entre la ciencia y la religión.