Seis meses después: se necesita apoyo continuo para Ucrania

Seis meses después de la invasión militar de Ucrania, la Federación Luterana Mundial continúa apoyando a las personas afectadas por la guerra. A medida que se acerca la estación fría, surge la necesidad de rehabilitar viviendas y edificios públicos que han sido destruidos o dañados. Además, existe una creciente necesidad de apoyo psicosocial y atención pastoral. La FLM apoya a las personas en Ucrania, así como a los refugiados en los países vecinos, con ayuda humanitaria directa y a través de sus iglesias miembro.

“A los pocos días del ataque, teníamos un equipo en Polonia. Desde entonces, hemos establecido una oficina en Varsovia y seis centros de distribución de efectivo multipropósito que, hasta la fecha, han ayudado a más de 50 000 personas. Trabajamos en estrecha colaboración con la iglesia luterana y la Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR”, dice Chey Mattner, Jefe de Operaciones de la FLM. “El dinero en efectivo les permite a las madres comprar lo que es mejor para su familia y les da un sentido de autonomía muy necesario. Con el tiempo, el programa se centrará más en brindar protección a las mujeres, los niños y las personas vulnerables”.

Hospitalidad y solidaridad

Gran parte de este trabajo ha sido posible gracias a las donaciones de las iglesias miembros de la FLM, que han contribuido generosamente a la respuesta de la FLM. En una asociación única, la FLM ha combinado fondos e infraestructura de ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, su propia experiencia técnica y coordinación en el trabajo humanitario, con la profunda conexión de sus iglesias miembros con las comunidades locales.

“Es una lección de humildad ver esta fuerte respuesta de las iglesias”, dice Eva Christina Nilsson, directora de Misión, Teología y Justicia de la FLM. “Las iglesias miembros de la FLM, tanto en Ucrania como en los países vecinos, han mostrado una gran hospitalidad y solidaridad con las personas que sufren la guerra. Han abierto sus casas parroquiales, sus casas y realizado acciones concretas al servicio de las personas que han tenido que salir de su país. Todas las iglesias tienen una larga experiencia diaconal que han construido en esta situación de crisis”.No sabemos cuánto durará esta guerra, pero seguimos comprometidos a servir a quienes sufren de la mejor manera posible.— Chey MATTNER, Jefe de Operaciones de la FLM

Preparándonos para el invierno

A medida que se acerque la estación fría, la FLM comenzará a ayudar a las personas de la región norte de Ucrania a preparar a las comunidades afectadas por la guerra para el largo invierno que se avecina.

También se planean otros proyectos con las iglesias miembros de la región, que después de medio año de acoger refugiados necesitan apoyo para rehabilitar la infraestructura e integrar a los ucranianos en las comunidades locales.

“No sabemos cuánto durará esta guerra, pero seguimos comprometidos a servir a los que sufren de la mejor manera posible”, dice el Jefe de Operaciones de la FLM, Chey Mattner.

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