La FLM expresa su grave preocupación por los combates en Sudán

La Federación Luterana Mundial (FLM) está profundamente preocupada por el estallido de combates serios y generalizados en Sudán. La reanudación del grave conflicto militar en los últimos días ha provocado muertes, lesiones, sufrimiento y caos en todo Sudán, y aumentan los temores de una guerra civil a gran escala. La negociación pacífica es el único camino a seguir, dice Maria Immonen, directora del Servicio Mundial de la FLM, el brazo humanitario de la FLM.

“Cuanto más dure esta situación y se intensifiquen los combates, más grave será el impacto para el pueblo de Sudán y toda la región”, dijo Immonen. “Las partes en el conflicto deben volver inmediatamente a la mesa de negociaciones, encontrar formas de resolver los desacuerdos pacíficamente y garantizar la protección de la población civil y la infraestructura civil.”

El pueblo sudanés está siendo sometido a una violencia que afecta a su vida cotidiana y sus medios de subsistencia hasta un punto en el que los servicios de emergencia se han vuelto inaccesibles. La asistencia humanitaria también está en peligro y muchos organismos humanitarios han anunciado la suspensión forzosa de sus actividades en la capital, Jartum.

Todas las partes en el conflicto deben abstenerse de atacar a civiles, hospitales y trabajadores humanitarios, que constituirían violaciones del derecho internacional humanitario. “Se debe proteger a los trabajadores humanitarios y permitir que las agencias de ayuda presten servicios vitales a la población de Sudán”, ha manifestado Immonen.

El conflicto en Sudán tiene el potencial de extenderse a la región más amplia del este y el Cuerno de África, que ya es volátil en términos de conflictos en curso, desplazamiento significativo de personas y otras crisis humanitarias, incluida la inseguridad alimentaria grave.

La FLM hace un llamamiento a la comunidad internacional para que actúe con decisión para ayudar a resolver el conflicto y garantizar la protección del pueblo de Sudán, incluidos los trabajadores humanitarios que prestan servicios esenciales.

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