¿Cómo apoyar a las madres con hijos nacidos de violaciones en los conflictos? ¿Cómo detener el abuso sexual de los estudiantes en las escuelas? ¿Cómo ayudar a las mujeres a matricularse en seminario o universidad en países donde todavía se espera que permanezcan en casa?
Estos son sólo algunos de los desafíos prácticos a los que se enfrentan los participantes en una formación ecuménica sobre la defensa de los derechos humanos de las mujeres, que se celebra en Ginebra del 17 al 20 de octubre. La Federación Luterana Mundial (FLM) se asocia con el Consejo Mundial de Iglesias, Finn Church Aid y Norwegian Church Aid para ofrecer la capacitación anual de una semana de duración.
Las sesiones ofrecen una oportunidad única para que los defensores locales de la justicia de género aprendan más sobre los mecanismos de las Naciones Unidas que pueden mejorar su trabajo. “Los participantes aportan una gran cantidad de habilidades y experiencias de sus contextos nacionales”, dijo la Oficial de Defensa de la Justicia de Género de la FLM, Sikhonzile Ndlovu. “Es importante que compartan estas actividades, desarrollen sus capacidades y conecten su trabajo desde el nivel local hasta el regional y mundial”.
Iglesias miembros y programas de país de Servicio Mundial
Entre los participantes de diferentes iglesias y organizaciones religiosas se encuentran mujeres y hombres de las iglesias miembros de la FLM en Hong Kong, Indonesia, Japón, Malawi, Estados Unidos y Zimbabue, así como de sus programas nacionales de Servicio Mundial en Chad, Irak y Sudán del Sur.
Los participantes de Irak compartieron los desafíos de apoyar a las mujeres con hijos nacidos de los combatientes del Estado Islámico que se apoderaron de partes del país en 2014. Estas llamadas “familias de ISIS” a menudo son estigmatizadas y rechazadas por sus familias y comunidades. A los niños se les niega regularmente la ciudadanía y muchas madres se han suicidado, mientras que otras han sido alentadas a emigrar y buscar una nueva vida en el extranjero.
Participantes de varios países hablaron sobre los problemas del matrimonio precoz y el abuso sexual de las niñas, especialmente en las zonas remotas o rurales. Varios oradores destacaron el desafío de que los textos religiosos se utilicen para justificar la subordinación de las mujeres y la necesidad de una mejor educación de los pastores para romper las interpretaciones patriarcales y promover una lectura de las Escrituras más justa desde el punto de vista del género.
Durante la semana, el grupo también visitará la sede de las Naciones Unidas en Ginebra para participar en una sesión de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW). Los participantes tendrán la oportunidad de hablar con los comisionados de la CEDAW sobre su trabajo y explorar las formas en que este mecanismo global puede apoyar sus esfuerzos para proteger a las mujeres y las niñas en sus propios países.